La vacunación, la realización de pruebas a las personas sintomáticas y la garantía de que el personal sanitario sea el primero en recibir dosis adicionales de vacuna son fundamentales para salvaguardar los sistemas de salud
Washington D.C. 12 de enero de 2022 (OPS) – Ante la aceleración de las infecciones por COVID-19 en las Américas y la detección de la variante ómicron en al menos 42 países y territorios de la región, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, pidió a los países que se aseguren de que los trabajadores de la salud tengan acceso a equipos de protección y a dosis adicionales de la vacuna contra COVID-19 cuando estén disponibles.
Mientras los casos se triplican en algunos países, la capacidad de la región para responder a la actual ola depende del personal de salud que mantiene en funcionamiento los centros de atención primaria, las clínicas y los hospitales.
“Debemos asegurarnos de que están protegidos de las peores consecuencias de este virus”, afirmó Etienne hoy en una rueda de prensa.
En la última semana, los países de las Américas notificaron 6,1 millones de nuevos casos de COVID-19, lo que significa un aumento del 250% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Gracias al aumento de la vacunación en la región, la tasa de mortalidad por COVID-19 se mantiene estable, pero el incremento de las visitas a las salas de emergencia y las hospitalizaciones ha hecho que muchos sistemas de salud tengan dificultades para hacer frente a la situación.
La directora de la OPS destacó que una dosis adicional de vacuna “ayudará a reforzar la capacidad de los trabajadores de la salud para resistir la exposición al virus”, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de las infecciones.
Mientras que Delta sigue causando nuevos casos de COVID-19 en las Américas, ómicron va camino de convertirse en la variante dominante, ya que se propaga más rápidamente que otras variantes detectadas, especialmente en espacios cerrados. Hasta el momento, ómicron ha sido reportada en 42 países y territorios de la región, y en varios de ellos se está produciendo una transmisión comunitaria generalizada.
Aunque los informes sugieren que puede causar síntomas menos graves, la doctora Etienne advirtió que “esta nueva ola de infecciones no será ‘leve’ para nuestros sistemas de salud, porque la variante ómicron ya está desafiando a nuestro personal sanitario y limitando la atención de otras enfermedades”.
“En los estados insulares más pequeños, algunos hospitales ya estaban sobrecargados por los casos de la variante delta, y ahora más hospitales se enfrentan a la perspectiva de verse desbordados por los casos”, añadió.
La directora de la OPS también destacó el aumento de las reinfecciones. “Las infecciones por ómicron pueden ser letales, especialmente para los inmunodeprimidos y los que no están vacunados”, sostuvo, haciendo un llamamiento a las personas para que se mantengan a salvo siguiendo las medidas de salud pública, como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, vacunándose y haciéndose pruebas cuando experimenten síntomas.
La cobertura de vacunación en América Latina y el Caribe es actualmente de casi el 60% y muchos países, como Chile, Cuba y Argentina, cuentan con algunas de las tasas de cobertura más altas del mundo. Sin embargo, es vital que la cobertura equitativa siga siendo una prioridad, remarcó Etienne.
“Tanto si luchamos por la equidad de las vacunas, como si apoyamos a nuestros trabajadores de salud o ponemos de nuestra parte para reducir el riesgo de transmisión, la solidaridad nos allanará el camino para salir de la pandemia”, consideró.
En la última semana, la mayor parte de los nuevos casos de COVID-19 se han notificado en Estados Unidos, y los casos están aumentando en las provincias del este de Canadá.
En el Caribe, Puerto Rico y la República Dominicana han experimentado un aumento de nuevas infecciones, y también se observan incrementos en Jamaica, Aruba, Curazao y Martinica.
En América Central, Belice y Panamá son los países que notifican la mayor incidencia de COVID-19, y en América del Sur, los aumentos son especialmente pronunciados en Bolivia, Ecuador, Perú y Brasil, así como en Argentina y Paraguay, donde los nuevos casos han aumentado en un 300%.